Hace unas semanas se estrenó Bonding, una serie feminista y queer sobre el mundo del BDSM. La nueva serie original de Netflix es una clase magistral sobre sexualidad y consentimiento que encantará a los ya iniciados en estas prácticas y resultará interesante e instructiva para aquellos ajenos a este universo de placer y entrega.
¿De qué trata Bonding?
Bonding gira en torno a un joven gay mojigato que descubre que su vieja amiga del instituto es una dominatrix que quiere contratarle como ayudante. Esta revelación cambiará la vida la vida de ambos.

A través de la contraposición de estos dos personajes tan dispares, asistimos a una historia de amistad y de perdón con el tema del BDSM como telón de fondo.
La nueva serie de Netflix es realmente adictiva gracias a una duración escasa de una hora y cuarenta y siete minutos en total (unos quince minutos por capítulo) y un guion lleno de situaciones hilarantes y diferentes.
El BDSM y su representación en la ficción
Lo primero de todo, aclarar que BDSM es una palabra formada por las letras iniciales de bondage, disciplina, dominación, sumisión y sadomasoquismo. Y que ha llamado la atención de grandes cineastas como Luis Buñuel, Roman Polanski o Lars von Trier, dando lugar a algunas obras maestras del cine como Lunas de hiel o La pianista.
Dicho esto, decir que la mayor parte de las representaciones del BDSM han tendido a juzgarlo, a ridiculizarlo, o a usarlo para justificar el maltrato hacia la mujer, como la saga 50 sombras de Grey.
Por suerte, hay otras películas y series que se desmarcan de este tipo de representaciones, como Secretary o Bonding.

Bonding: BDSM y feminismo
La nueva serie de Netflix aborda el mundo del BDSM desde una perspectiva feminista poco habitual en este tipo de tramas. Por un lado tiene como protagonista a una dominatrix que disfruta de su trabajo y en ningún momento es obligada a hacerlo. Y por el otro, insiste constantemente en la idea del consentimiento, algo básico en todas las relaciones sexuales sean del tipo que sean.

Derribando tabúes
Otro de los motivos por los que destaca Bonding es por ser una serie sin pelos en la lengua y por exponer de forma directa y divertida este tema.
A lo largo de la serie asistimos a algunas de las numerosas prácticas que abarca el BDSM, como las ataduras, los azotes, o la humillación psicológica. Además, en ningún momento se juzga a las personas que lo practican, ni las trata como enfermos mentales.
En este sentido, considero que Bonding es una serie valiente y única por tratar diferentes filias sexuales desde el respeto. Pero sobre todo, por hablar de la libertad sexual y cómo la aceptación de uno mismo y de lo que nos gusta es el único camino para ser libres.

Conclusión
Bonding es una serie muy recomendable. Es hilarante, muy original y se ve del tirón.
Es una serie cuyo mayor acierto es tratar el BDSM desde el respeto hacia las personas que lo practican y sobre todo desde el feminismo, algo poco habitual a la hora de representar este mundo.
A este logro se une otro nada desdeñable que es tener a un protagonista gay real y libre de los tópicos de representación de miembros del colectivo LGTBI.

Nota: 8/10
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